En primer lugar, es posible
conocer a Ιησούςpor la historia, persona y obra(por
el anuncio de la βασιλεία τοῦθεοῦ). En efecto, sabemos de él que transformó su entorno, en el
siglo I. Ahora bien, en la fe cristianaJesús es el Salvador porque es Mediador
entre Dios y los hombres. De tal forma, no se puede separar la cristología de
la soteriología.Puesto que la salvación viene por puro don y gratuidad,
abarcando toda e integralmente la vida humana, todo el ser (contra el
platonismo, gnosticismo, maniqueísmo que rechazan el cuerpo). Por lo tanto,
existe fe en la Resurrección(σῶμα πνευματικόν, 1 Cor 15,44).
Evidentemente se reconoce un anhelo de κοινωνία escatológica.
De modo similar se deduce que creación, encarnación, resurrección van juntas en
la doctrina cristiana. No obstante, el hombre es el único ser capacitado de
responder (capax Dei) a la
experiencia divina.
Entre tanto, la noción
deΣωτηρίαestá presente en los Sinópticos, Juan,
Corpus Paulino, etc., vista sobre todo como Mediador (μεσίτες) de laκαινῆςδιαθήκης.En la visión de la
Patrística (entre ss. II y VII), la acción salvadora
significará la reconciliación de toda la creación y comunión con Dios.Asimismo en Agustín,
Tomás y otros designará a lareparación de los efectos del pecado. Efectivamente
a lo largo de la historia se han dado diferentes formas de comprensión a la luz
del desarrollo histórico, González de
Cardedal periodizará de la siguiente forma: primer milenio (encarnación),
Edad Media (Cristo mediador), el periodo de Anselmo hasta Lutero (justicia de
Cristo), Edad Moderna (iluminación y libertad).En suma, a nivel histórico se ha
abordado la Encarnación, Unión Hipostática en los Concilios, pero no se llegó a
definir la salvación, por ser algo que se vive y nos hace participar de la vida
divina (Padres de la Iglesia). Jesús lleva al extremo la tarea del
mediadorviviendo lo que nos transmite: se hace carne de pecado para hacernos
hijos.
Dimensión trinitaria:
el Hijo es obediente al Padre y tal acto es consumado en la muerte (cf. Jn
17,4) a propósito se reconoce una constitución trinitaria de la salvación (cf.
Ef 1, 3-14, himno litúrgico) que abre posibilidad a la herencia futura
(escatológica) contemplado en τὸεὐαγγέλιον τῆς Σωτηρίαs.
En suma la salvación es obra de la Trinidad y en la mismase nos dan la persona
del Padre y del Hijo por el Espíritu Santo. Pues en la acción de Cristo se nos
revela el Padre y es donado el Espíritu frecuentemente.En ese mismo sentido es
el Espíritu el que actualiza y universaliza la salvación. Vemos que en toda su
predicación Jesús nos remite al Padre (Cf. Jn 14,9) y tras su resurrección
envía al Espíritu. En el mismo Pentecostés se dio un derroche del amor del
Espíritu sobre los primeros seguidores. Definitivamente, el Hijo asume la
herencia del Padre. El Hijo es el heredero, junto con el Padre comparte el
mismo ser, ambos comparten el Espíritu. El hijo es el mediador entre el Padre y
el Espíritu; y es mediador entre el Padre y los hombres (σωτήρ)
Dimensión cristológica: con la
acción redentora del λóγοςencarnado el pecado(αμαρτία: ruptura
con la Alianza) queda aniquilado, tal como la Iglesia primitiva ha
experimentado y transmitió a través del Espíritu divino. Cabe destacar que la
correlación entre Adán y Cristo es reflexionado en el NT y después en la
patrística, sobre todo, para destacar el gran poder redentor de Cristo (carácter
universal) sobre el pecado. En efecto la salvación es un don ofrecido por
gracia y no por mérito propio y no comoPelagiosostenía que la justificación sea
en base a la libertad de uno. También, ΙησούςΧριστός(sacerdote, profeta, rey) con su
Pasión y Muerte, gesto supremo de obediencia al Padre se ofrenda por los
hombres (cf. 1 Cor 5,7), experimentando la κένωσις.
Nos rescata para Dios y trasforma en nueva creación pues él es ‘camino, verdad
y vida’. Después, todo el anuncio de la Iglesia será con miras a la redención,
abierta a la humanidad. Cristo es el λóγοςque
da la Vida eterna. Es el que pasaba haciendo el bien y enseñandocon ἐξουσία, para darnos a conocer la ἀλήθεια.
Por:
Estudante barnabita de
Teologia na Pontifícia Universidade Católica - Chile.
Bibliografia
Cf. Olegario González de Cardedal,
Critología, (Madrid: B.A.C, 2001), pp. 495-586