Introducción
I- El Bautismo según los
Padres de la Iglesia:[1]a)La
obra cristiana el Pastor de Hermas (c.140)comenta Juan 3, 5 y expresa lo
siguiente: “Ellos tenían que salir a travésdel agua, para que pudieran recibir
la vida;porque de otro modo no habrían podido entrar en el reino de Dios” (cf.
Vis, 3.3). A su vez,se sostiene que el bautizado queda marcado por un sello (σφραγίς),
para indicar que Cristo toma posesión de él.b)San Justino (100-165)
ofrece argumentos teológicos sobre el Bautismo como instrumento de defensa del
cristianismo.Concretamente, en el “Diálogo con Trifón” y en “la primera
apología”, sostiene que el Bautismo es el único medio de renovación en Cristo y
consagración plena a Dios. c)Por
otra parte, Ireneo de Lyon (130-202) dirá: “hemos recibido el bautismo para
el perdón de los pecados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo…” (cf. Dem., 3.), abarcando así, la invocación trinitaria y la enseñanza
del perdón. Después explicará el sacramento como un nuevo nacimiento y vida
nueva. El bautizado queda sellado con la impronta trinitaria. d)San
Agustín (354-430) relaciona el bautismo con la eclesiología y sostendrá
que su efecto principal es la incorporación al cuerpo místico de Cristo (cf.
Serm. 224) porque, también, en cualquier acto bautismal, es el mismo Cristo que
está operando. Además, considérese que sólo el bautismo permite participar en el
misterio eucarístico.e)Posteriormente,
en el s. VI, el Papa San Gregorio Magno(+604) enfatizará: “El perdón del pecado se
nos ha dadoúnicamente por el bautismo de Cristo”.
II- Análisis de
perícopas del Corpus Paulino
Pablo profundiza y completa la doctrina bautismal, que resultaba de la
práctica de la Iglesia primitiva (cf. Rom. 6,3). Según el Apóstol, el bautismo
conferido en nombre de Cristo (cf. 1Co 1, 13) une a la muerte y resurrección
del Salvador. De tal manera, el sacramento hace que muera el cuerpo en cuanto
instrumento del pecado y de la ley, experimentando una nueva creación. En
efecto, el bautismo tiene una dimensión
pascual por ser un paso de la muerte a la vida(cf. Gál. 3, 25-29). El mismo
es fundamental en el camino de la fe porque constituye en hombres nuevos (cf.
Ef. 4, 1-5.20), permite la pertenencia exclusiva a Cristo, siendo uno con él (cf.
1Cor. 1, 10-17). Formamos un solo espíritu con Cristo.El bautizado está
invitado a un continuo proceso de conversión, que supone comprometerse
plenamente con la fe profesada. En efecto, Pablo nunca separaría el bautismo de
la fe, por ser ésta esencial para la justificación por Cristo (cf. Gál. 3, 26).
En 1Cor. 1, 10-17 exhortará a seguir
solo a Cristo, no a sus siervos, así se evitarían las facciones.Los bautizados
son llamados a la unidad porque la Iglesia como cuerpo de Cristo no puede estar
dividida. No podía decirse que el bautismo cristiano estableciera la membresía
en el “grupo de Pablo”, porque élhabía bautizado a muy pocos de ellos (cf.
14-16).[2]Ciertamente,
Pablo sentía estima por el sacramento del bautismo (cf. 1Cor. 10, 2), aunque
propiamente se haya dedicado al anuncio del Evangelio: "Pues no me envió Cristo a
bautizar, sino a predicar el evangelio..." (1 Cor 1:17).
Seguidamente, la perícopa 1 Cor. 12,
1-3 enfatizará que hay un solo Espíritu y un solo cuerpo de creyentes. También,
en esta sección Pablo manifiesta que todos los creyentes comparten el bautismo
en el Espíritu Santo y deja en claro que existen varios tipos de dones (vv.
14.19.20) para enriquecer y ordenar la vida de la Iglesia (vv. 27-31).
Ya en Gál. 3, 13-29 resume que la
ley no puede impartir la vida, no puede justificar, en definitiva enseña a
morir a esa ley (2,9) para poder ser justificados por la fe. Es la única parte
donde aparece la palabra bautismo. Finalmente, en los vv. 26-29 dará a entender
que el bautizado es heredero (κληρονόμος)de la
promesa por el vínculo a Cristo.
Finalmente, en Ef. 4, 1-5, 20
apelará a vivir una vida que evidencie la armonía de la nueva creación. En
efecto, los bautizados recibimos una especial vocación a la cual debemos
responder. Concretamente, la nueva vida en Cristo (vv. 17-24) hará
dejar cualquier seguridad pagana y los vicios (vv. 25-32) A su vez,el prisionero en el Señor apunta a un
compromiso, a ejercer las propias responsabilidades, a vivir una vida que
promueva la unidad (un cuerpo, unEspíritu, una esperanza).
III- Estudio exegético de la carta a los Romanos
6,1-23
Básicamente,Rom. 6, 1-23[3]
es parte de una argumentación[4]
que aborda en sus dos unidades de cómo el cristiano está inserido en Cristo, por
medio del Bautismo. En efecto, Pablo pretende enfatizartambién el rechazo de
toda infidelidad por parte del bautizado porque hay antítesisentreἀμαρτία-χάρις (vv. 1-2).
Ahora
bien, viendo la visión del conjunto de la unidad 6,1-11se profundiza sobre la
realidad del bautizado que fue sustraído del pecado y está muerto junto con
Cristo (vv. 3-4) para una vida nueva.En los vv. 5-7 claramente, hay oposición
entre muerte y resurrección, porque el bautizado ya camina hacia la vida eterna
con otros hermanos. Además, exhorta a no ser más esclavos del pecado, dejando
el hombre viejo porque ya uno es
justificado por la fe en Cristo.Los vv. 8-11 transmiten la salida de la vida de
opresión y la esperanza escatológica, enfatiza la nueva realidad del bautizado.
Al finalizar esta unidad, Pablo insistirá en llevar una vida comprometida bajo
la gracia divina (vv.12-14). En la segunda unidad 6, 15-23: Pablo subrayará que
el bautizado no debe estar sometido a la Ley, más bien a la gracia (v. 15). En
los vv. 16-18 destaca la liberación por la gracia de Dios en Cristo y no por
mérito del cumplimiento de la Ley. A su vez, el Apóstol presenta la experiencia
del bautizado de manera dinámica y siempre al servicio del Señor (v.19).En los
vv. 20-23 habrá de nuevo una oposición, pero esta vez, entre la vida pasada y
presente del cristiano, porque éste acepta a Cristo como su único Señor y es
libre para obedecer. Finalmente, el v. 23 sostiene que la vida en Cristo es un
don de Dios, que garantiza la salvación del bautizado.
En síntesis, el texto analizado de Romanos 6, 1-23 puede
iluminar y orientar el sentido de la vida bautismal, en este contexto de
secularización. Como son páginas intensas dentro del epistolario paulino
ofrecen varias respuestas: a) por el bautismo se experimenta una vida nueva
porque somos inseridos en Cristo; b) Dios que se revela en Cristo es el único
que puede ofrecernos la vida eterna; c) por el bautismo nace una esperanza
escatológica porque si con Cristo morimos, con él también viviremos; d) del
bautismo surgen tareas propias de un discípulo de Cristo, tal realidad nos
impulsa a continuar con el anuncio del Reino y a destruir el pecado.
IV- Diálogo
con dos autores:
Sánchez
Bosch:[5]a)denota
que la incorporación a Cristo por el Bautismo nos hace ser una persona con él
(cf. Gál. 3,26-29). Efectivamente transforma la identidad, permitiéndonos vivir
como verdaderos hermanos, iguales en dignidad. Esta interpretación
permiteabordar también el espíritu del Concilio
Vaticano II, específicamente, el decreto UR 3:“Justificados por la fe
recibida en el bautismo, incorporados a Cristo, llevan con todo el derecho el
nombre de cristianos…”. b)Así mismo,
enfoca la unidad emanada por el
bautismo y el llamamiento de no substituir a Cristo (cf. 1Cor. 1,13-16), tal
hermenéutica ayuda reconocer la dimensión cristológica de este sacramento,
justamente, para evitar cualquier división, ya sea por pertenecer a una
parroquia o movimiento, etc. Todos profesamos al mismo Cristo. c)También, subraya los carismas del
Espíritu (cf. 1Cor. 12, 4-6), entre los cuales se ubica el bautismo,
naturalmente, es una ampliación del espíritu paulino. Por consiguiente, anima a
valorar la Iglesia enriquecida por la presencia del Espíritu en beneficio de
todos. Nadie se queda sin don.d)Finalmente,
profundiza la vocación cristiana y la
llamada a la fidelidad de los incorporados por el bautismo (cf. Gál. 4,1-3),dejando
así la vida pasada para participar de la herencia del Reino. Es relevante que
entre los miembros de la Iglesiahaya apoyo mutuo (con prácticas solidarias), en
cualquier circunstancia.
Jurgen Becker:[6]a)destaca el ethos cristiano, que a lo mejor uno puede pensar que consista en la
“santidad” (cf. Rom. 6, 19.22), pero, en verdad es el amor el más importante ethos que el bautizado puede practicar. b) el bautizado es miembro de la comunidad escatológica, siendo la fe la respuesta del
individuo. Pablo no contempla los bautizos colectivos de clanes familiares como
objetivo de su misión (cf. Cor. 7, 12-16). Así también afirma que el bautismo
incorpora el hombre al “Cuerpo de Cristo”, a la Iglesia (1Cor. 12, 1, 12-27).c) desde el bautismo se vive una dimensión pneumatológica: es el Espíritu
que invita a responder con fe, llama y fortalece para el anuncio del evangelio.
El Espíritu realiza signos y prodigios (Cf. Rom. 15, 19; 2 Cor. 12, 12). Fue
una experiencia vital de las primeras comunidades el sentimiento de vivir bajo
los efectos del Espíritu (cf. Gál. 3,15).d)
No cabe dudas que Pablo tiene que defenderse de los tópicos ataques que le acusan
de hostilidad hacia la ley, concretamente utiliza las ideas tradicionales del
bautismo como modelos de interpretación: la muerte del hombre viejo posibilidad
de la vida nueva (Rom. 6, 1-14), y el cambio de soberanía desde la esclavitud
del pecado al servicio de la justicia (Rom. 15-23).
V- Conclusión
Para sacar provecho del tema ‘el
bautismo en las cartas de Pablo’ se ha de considerar los siguientes puntos:
a) El Bautismo es un signo de salvación por excelencia. La
gracia de Cristo se nos transmite, haciendo parte a su obra de redención. Es
este sacramento actualizamos el misterio Pascual, ya que somos asociados a la
pascua de Cristo.
b) La predicación del Evangelio constituye un elemento
esencial para que muchos se sientan llamados a formar parte de la familia
divina y de la Iglesia de Cristo.En dicho sentido, las cartas paulinas nos
testimonian que muchos fueron bautizados como un resultado de la predicación de
Pablo.
c) El bautizado está inserto en Cristo y es guiado por el
Espíritu. En tal aspecto, el discurso paulino desarrollará de manera articulada
la identidad del bautizado, destacando su dimensión cristológica y
pneumatológica.
d) El Bautismo es el nacimiento a la vida en Cristo. El
mismo es necesario para la salvación, como es la misma Iglesia (comunidad
escatológica), a la cual vincula el Bautismo. Enriquecemos y somos enriquecidos
en ella por medio del Espíritu.
e) Entre los dones del Espíritu se encuentra el Bautismo,
que imprime ‘carácter’ en el alma un signo espiritual indeleble, por tal motivo
no puede ser reiterado.
POR:
[1] Cf.
Antonio Orbe, Estudios sobre la teología Cristiana Primitiva (Madrid: Ciudad
Nueva, 1994), 441-453; 491-499.
[3]Cf. Lorenzo Álvarez Verdes, El
imperativo cristiano en San Pablo (Valencia: San Jerónimo ,1980), 57-80.
[6]Cf. Jurgen Becker, El
apóstol de los paganos (Sígueme, Salamanca 1996),416- 423; 499-509;
510-517.