Palabras clave: lectura, pobre, biblia, interpretación,
liberación
l. Introducción
La teología de la liberación latinoamericana ofrece
también un trabajo de hermenéutica bíblica. Varios teólogos de esta
inspiración, como por ejemplo Carlos Mesters, se esmeran en redescubrir el
sentido espiritual de la Escritura, aspecto que se da sobre todo en la lectura
popular de la Biblia, en dicho proceso tendrán especial relieve las comunidades
eclesiales de base.
El ideal perseguido es una lectura que parte de la
experiencia del pueblo. De alguna forma, las comunidades pobres y oprimidas
contrastan la vida con el mensaje de la Palabra. ¿Cómo se da la lectura bíblica
en las comunidades y cómo influye en el pensamiento teológico?
Seguidamente intentaré explicar de qué manera frey Carlos
Mester[1] está colaborando en la interpretación de las Sagradas
Escrituras, de cómo entiende la historia y qué reglas hermenéuticas está
siguiendo.
El presente trabajo pretende ahondar la lectura
popular de la Biblia en América Latina. En efecto, en varios momentos de la
exposición se enfatizarán principalmente el contexto histórico cultural y
social concreto.
El pueblo sencillo intenta interpretar la Sagrada
Escritura, en gran medida sin buena formación académica, vinculándola con su
vivencia: busca la voluntad y la acción de Dios en la realidad histórica. A
través de dicho contacto, la Palabra es como la luz y guía en el
discernimiento, por tanto, nos facilita y favorece un modo original de
aproximación al mensaje divino.
Por algún motivo, la lectura popular de la Biblia
alcanza una minoría de los países latinoamericanos, que lamentablemente se
encuentran explotados, oprimidos y en estado de abandono. Un ejemplo concreto
fue el nacimiento de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB´S) con la idea de
mejorar la situación de los pobres. El cual inspiró los Círculos Bíblicos.
Para simplificar, la lectura popular de la biblia
del pobre, en el escenario latinoamericano, favorece una interpretación que
está ligada a la vida, favoreciendo una conciencia social más crítica.
ll. Contenido
Visión desde los pobres sobre la Biblia
Para Mesters los
pobres son capaces de realizar y comprender una lectura acorde a la intentio auctoris.[2] Los pobres desde la propia
situación de marginados y víctimas de la estructura social injusta pueden
discernir la voz de Dios presente. Dicho de otro modo, los pobres tienen
entusiasmo y sed de la Palabra. Este encuentro con Dios se da sobre todo en las
comunidades, en las casas, en la hora que los miembros establezcan. No existe
alguien que sobresalga por su sabiduría y quiera imponer su propia postura,
todos comparten, meditan y oran el mensaje divino a partir de su nivel. Entonces,
las personas dejan sus actividades y ofrecen un tiempo a Dios. Con todo, surgirían
visiones y posturas diferentes que es algo normal. Se aprendería a acoger la
visión, sentimiento, percepción del otro.
Efectivamente
los grupos no son compuestos por críticos o gremios bíblicos, por especialistas.
Ahora bien, tampoco se rechaza el método histórico crítico y otras formas de
lectura. Lo más específico es que los pobres tienen acceso a la Palabra de
Dios, que antes le era ajena.
La
propuesta de Mesters es que la Escritura genere vida en medio de la cotidianeidad.
Conviene subrayar que la lectura popular de la biblia en Latinoamérica creció
ampliamente en las últimas décadas. En suma, el objetivo de Carlos no es de
denigrar el criticismo histórico sino de encontrar un vínculo eficaz con la
vida.[3]
Nueva experiencia cristiana[4]
La
Palabra siempre ofrece un nuevo significado a la vida, ella tiene contacto con
las culturas y siempre da un nuevo significado a la vivencia. De alguna forma
la Teología Latinoamericana acudiendo a esta fuente inagotable pretende ser una
nueva experiencia liberadora. Dado que ella se experimenta y se interpreta solamente
desde una praxis cristiana. Este aspecto es importante no sólo porque la
interpretación está hecha por cristianos, sino sobre todo porque se ha descubierto
en ella una nueva inteligencia y auténtico significado a la fe en Jesucristo y
a la misión de la Iglesia.
La
experiencia humana y la praxis de liberación son un lugar donde surgen una
nueva espiritualidad, una experiencia espiritual que se destaca como lugar
teológico, es decir como un punto de partida y como terreno de conversión,
llegando a ser más que una reflexión teológica sistemática. Cabe destacar que
la experiencia de la fe vivida y el tema de la praxis de liberación están en
sintonía con el espíritu eclesial, que propone la verdad y fidelidad
evangélica.
La reinterpretación de la relación entre
fe y praxis a luz de la Palabra
El que escucha la Palabra debe intentar ponerla por obra.
Todo esto parece confirmar Gutiérrez al considerar la teología como: “la teoría
de una práctica determinada” y explica esta fórmula diciendo: “que la teología
es consecuente y necesariamente una crítica de la sociedad y de la Iglesia”.[5]
Se debe agregar que el auténtico encuentro con la Palabra
siempre conducirá a la acción, produciendo abundantes frutos. En la medida que
haya comunicación con Dios, habrá transformación de la realidad. Pues, fe y
acción no se oponen, más bien dependen mutuamente (cf. Santiago 2, 14-17). Lo
dicho hasta aquí refuerza la idea de que la TL es una teoría crítica a la luz
de la fe, animada por una intención práctica y por lo tanto inseparablemente
ligada a la praxis histórica.
La presencia del Espíritu actualiza el
mensaje de Jesús
El
Espíritu permite que el mensaje evangélico no quede solamente en la historia,
porque lleva a mostrar nuevas oportunidades de significación humana y divina en
nuestro tiempo. Como bien lo expresa Leonardo Boff: “Reducir el evangelio a una
única expresión válida es condenarse a la mediocridad y es limitar el misterio
al tamaño de nuestra cabeza”.[6]
Ahora
bien, el desafío actualmente en América Latina, es hacer escuchar el mensaje de
Cristo en las diferentes lenguas, dialectos de los pueblos. Además es preciso
saber ejecutar una adecuada mistagogía en el lenguaje del pueblo. A modo de
ejemplo: en Paraguay después de una trabajosa traducción de la Biblia al idioma
guaraní, muchas personas tuvieron más acceso al misterio cristiano. Viviéndose
así el mandato de la GS44: “la ley de toda evangelización consiste en adaptar
el evangelio, lo más posible, a la capacidad de todos y a las exigencias de los
sabios”.
Recepción del Concilio
Después
del CVII, y más, precisamente después de la Dei
Verbum, se puede aclarar la diferencia entre la fuente única de la
revelación y el lugar de la revelación. En efecto, ¿cómo leerán los pobres? ¿De
qué manera interpretan el mensaje de la revelación para vivir con esperanza? En
consonancia con Mesters, podemos afirmar que las ideas teológicas de los pobres
son valiosas también para entender dónde Dios pasa en este mundo contemporáneo.
Desde
otra perspectiva, la actual teología de la liberación, metafóricamente, es como
un gran árbol que tiene sus raíces en la Palabra de Dios, tiene su manantial en
el corazón de la predicación y la vida de Jesús, ya que el Evangelio del Reino
de Dios fue anunciado a los pobres; además el tronco será la historia de la humanidad
viviente, y el portador de savia evangélica que se abre a las diferentes
regiones de la realidad, en la ramificación se alimenta del Espíritu Santo y da
fruto abundante. Mesters propone un pié en la Biblia y otro pie en la tierra.[7]
Nueva situación teológica después del
Concilio
Pueden ayudar a comprender la TL
algunos presupuestos, que también influyen en la interpretación de la Biblia:
a. Surgió la opinión de que la tradición teológica existente
hasta entonces no era más aceptable -o al menos no suficiente- y, por
consiguiente, se debían buscar desde la Escritura y de los signos de los
tiempos, orientaciones teológicas y espirituales totalmente nuevas.
b. La crítica de la tradición por parte de la exegesis evangélica
moderna, especialmente de Bultmann y de su escuela, se convirtieron en una
instancia teológica inamovible que descolocó el camino de las formas hasta
entonces validas de la teología, promoviendo nuevas construcciones. [8]
El peso del Antiguo Testamento[9]
El
mérito de la TL es haber rescatado el vínculo de la vida de la Iglesia con el
Antiguo Testamento. Sin dudas los eruditos biblistas seguirán buscando con sus
métodos grandes conclusiones, pero con la TL el eje hermenéutico es la eficacia
del mensaje en la vida. Digamos que el libro clásico y muy utilizado es el
Éxodo, destacándose el relato de la liberación del pueblo de Israel del yugo
egipcio.
Entonces,
los pueblos oprimidos de América latina releen y disciernen su destino a la luz
de dicho texto: así se enteran de que Dios está trabajando por su liberación y
que se opone a opresores. Por tanto, rechazará todo espiritualismo y pondrá los
pies en la tierra.
La
liberación y la esperanza terrenal no pueden, por tanto, ser independientes de
la preocupación última (escatológica), la TL quiere cumplir con el Antiguo
Testamento no solo con la punta de los labios, sino arraigarlo en las opciones
existenciales.
Biblia y liberación
Ahora
examinaremos brevemente la relación entre la Biblia y la liberación[10]para descubrir nuevas
actitudes que a lo mejor pueden interpelar al hombre contemporáneo.
Con
relación al termino liberación, digamos que es difícil encontrar en la Biblia
una noción exacta como en cualquier diccionario, pero sí es posible realizar
una búsqueda que se aproxime a su significado.
Propiamente la palabra liberación es
utilizada en la misma categoría de salvación (Σωτηρία), en la
actualidad, liberación es un término que todavía tiene un gran significado para
el contexto latinoamericano, por todas las vivencias históricas ante
dictaduras, opresiones, injusticias, etc. Lo opuesto a ella sería la
dependencia, alienación, esclavitud, muerte.
Recapitulando, en el campo bíblico
la liberación indicaría los acontecimientos salvíficos vividos por la humanidad.
La
lectura popular bíblica ante la ambigüedad religiosa
De
acuerdo con el teólogo Pedro Rubens, en América Latina se respira un nuevo
espíritu religioso y afirma que: "La fe cristiana, en sus nuevas,
múltiples y ambiguas formas de manifestación, ha despertado la atención de
muchos investigadores de los más diversos campos del saber."[11]Como podemos ver, se
constatan nuevas expresiones de fe, tales como: la Renovación Carismática, Comunidades
Eclesiales de Base y el Pentecostalismo, en efecto, eso constituiría un desafío
para el discernimiento eclesial. En dicha situación, la lectura popular de la biblia,
también, buscará contextualizar la experiencia de fe, tratando de dar un significado
al hecho de la fe cristiana. Indudablemente, la cercanía a la biblia puede
contribuir a la reconfiguración del cristianismo desde la articulación entre fe
y vida. Finalmente, esta ambigüedad (sincrética) o religiosidad popular no debe
ser vista como un peligro, sino más bien como oportunidad para valorar la
pluralidad concreta del catolicismo.
Una
herramienta eclesial y política para los pobres
Para
el obispoTomás Balduino la lectura popular de la Biblia es una respuesta de
acogida al espíritu suscitado en el Vaticano II: "En el año 1979, en Belo
Horizonte, fray Carlos Mesters, partiendo de su extraordinaria intuición de la
lectura popular de la biblia, reunió un notable equipo de biblistas y organizó
el Centro de Estudios Bíblicos nacional (CEBI)".[12] Tal forma fue el comienzo
para que los pobres participen creativamente de la interpretación,
participación y protagonismo en la vida pública. Las comunidades animadas e
inspiradas tuvieron más coraje; crecieron en la fe enel Dios liberador,
después, la fe y la vida política eran cada vez más ligadas. A su vez, los estudios
bíblicos serían novedad porque se dirigían a los adultos que no tenían un
programa educativo.
Lectura
liberacionista de la Biblia
La
lectura liberacionista de la Biblia forma una parte de la interpretación
bíblica y de la pedagogía de la Iglesia a partir de la segunda mitad del siglo
XX.[13] En ella se tendrá como
dinámica clave la experiencia humana, junto con la dimensión política como otro
distintivo, dicha lectura busca una interpretación actualizada y
contextualizada de la Biblia. En ese sentido, la pobreza y la opresión serán
combatidas desde la intimidad con los textos de la Escritura.
Especificando
mejor, la Palabra de Dios se encuentra en la dialéctica entre la memoria
literaria del pueblo de Dios y la continua historia que se discernirá en el
mundo contemporáneo, particularmente entre aquellas personas con quienes Dios
ha elegido ser identificado.
Ante el contexto de la globalización
La
realidad de la globalización ha dado, generalmente, malas noticias para América
Latina, como para la gran mayoría del Tercer Mundo.[14]Circunstancialmente, muchos de los “lectores populares
de la Biblia” viven en esta nueva situación aterradora: hay avances
tecnológicos, grandes exportaciones, mejoras en el área de producción agrícola
e industrial, etc., pero se sufre mucho por la acumulación de riquezay el poder
en manos de unos pocos (oligarquia), provocando como resultado la explotación y
exclusión de muchos pobres. Muchas personas en los países de América Latina
viven marginalizadas, es decir, están totalmente fuera del sistema. No hay lugar para que sean tomados en
consideración por las fuerzas del mercado y las políticas mundiales.
Por
cierto, la lectura de la Biblia en el contexto popular propicia un espacio de
“escucha”, porque siempre se garante la atención a las narrativas del pueblo:
las historias de vida, resistencia, angustia, fe. Con dichas pequeñas
narrativas, la gente busca un poco de consuelo, amistad, alegría, en medio de
la agresíon y competencia. De esa forma, la liberación no es una palabra
ideológica sino una experiencia de encontrar dignidad.
Bibliografia
Aquino, Felipe. Teologia da Libertação. São Paulo:
Cléofas, 2003.
Balduino,
Tomás. O Vaticano II na prática da Igreja
particular de Goiás. Belo Horizonte: Horizonte, 2011.
Boff, Leonardo. Nova
Evangelização: Perspectiva dos oprimidos. São Paulo: Vozes, 1991.
Christian Duquoc. Libération
et progressisme. Paris: Cerf,
1987.
Croatto, Severino. Liberación y libertad. Buenos Aires:
Mundo Nuevo, 1973.
Dawsey, James M. La
puerta principal perdida para ingresar a la Escritura: Carlos Mesters, Teología
de la liberación Latinoamericana y los pobres de la Iglesia. Santiago: Tierra nueva, 1991.
Gutiérrez,
Gustavo. Teología de la Liberación. Perspectiva. Lima: CEP, 2014.
Míguez, Néstor O. Latin
American Reading of the Bible: Experiences, Challenges and its Practice.
Buenos Aires: ISEDT, 2006.
Rowland,
Christopher. Popular Interpretation of
the Bible in Brazil. Oxford: Scholarship
Online, 2013.
Rubens
Pedro, O rosto plural da fé: da ambiguidade
religiosa ao discernimento do crer. São Paulo: Loyola, 2008.
Van Nieuwnhove, Jacques. Théologies de la libération en Amérique Latine. Paris:
Beauchesne, 1974.
[1]Carlos
Mesters es un religioso carmelita holandés, misionero en el Brasil, dedicado
especialmente a la exégesis bíblica.
[2]
Resulta que la Intención del autor no siempre es homogénea con la Intentio lectoris. Por tanto, debe
buscarse en el texto lo que el autor sagrado quería decir.
[3]James
M. Dawsey, La puerta principal perdida
para ingresar a la Escritura: Carlos
Mesters, Teología de la liberación Latinoamericana y los pobres de la Iglesia
(Santiago: Vida Nueva, 1991), 24-35.
[4]Jacques
Van Nieuwnhove. Théologies de la
libération en Amérique Latine (Paris: Beauchesne, 1974), 70 – 72.
[6]Leonardo
Boff, Nova Evangelização: Perspectiva dos
oprimidos (São Paulo: Vozes, 1991),114 - 115.
[7]Dawsey,
La puerta principal perdida para ingresar
a la Escritura, 26.
[8]Felipe
Aquino, Teología da Libertacâo (Sao
Paulo: Cléofas, 2003), 12-13.
[10]Severino
Croatto, Liberación y libertad (Buenos
Aires: Mundo Nuevo, 1973), 11-12.
[11]Pedro Rubens, O rosto plural da fé: da ambiguidade
religiosa ao discernimento do crer (São Paulo: Loyola, 2008), 199.
[12]Tomás Balduino, O Vaticano II na prática da Igreja
particular de Goiás(Belo Horizonte: Horizonte, Dec 2011), 1341-1360.
[13]
Christopher Rowland, Popular
Interpretation of the Bible in Brazil (Oxford Scholarship Online,
September, 2013), 1-12.
[14]Néstor
O. Míguez, Latin American Reading of the
Bible: Experiences, Challenges and its Practice (Buenos Aires: ISEDT, 2006),
120-129.
Por: Cristóbal Ávalos Rojas