A identidade de Jesus no Evangelho de
Marcos
Encontrar
a identidade de Jesus neste evangelho (o mais antigo) pode ajudar a compreender
cristológicamente porque Cristo se revelou para salvar-nos. De fato, muitos
temas teológicos vão aprofundar a salvação de Jesus que traz as pessoas
(soteriológico).
Em
Mc 1,16-20: inicia o caminho de Jesus com os discípulos. Muito diferente ao que
acontecia em Israel onde os discípulos escolhiam o mestre, aqui é Jesus que
escolhe. É um mestre atípico. A aproximação à figura de Cristo é mais como
profeta do que como sacerdote ou rei. Com efeito, estes homens mudam de
horizonte, agora o horizonte vai ser Jesus, que caminha diante deles, bom nem
todos puderam vislumbrar o horizonte do mestre.
Os
discípulos teriam dificuldades em descobrir quem é Jesus desde o princípio.
Passam por problemas intelectuais, não entendem as parábolas (cap. 4) e
problemas existenciais, a tempestade (cap. 4,35) aqui Mc associa o medo à fé,
se esquecem ou não sabem que Jesus está ali.
Na etapa da Cruz, 8,22; 10,52: a dificuldade
continua sendo a pouca maturidade da fé. O cego de Betsaida, chega e pede um
milagre, mais não fica curado num primeiro momento. Aqui que os discípulos
estão na cegueira, e tem um caminho processual para sair dela. Nesta etapa
Jesus, vai ensinar que é preciso negar-se a si mesmo e tomar a Cruz que
significa colocar-se em seu lugar.
Em
Mc 8, 26: Pedro chega a reconhecer quem é Jesus, mas depois muda a sua posição
de discípulo diante de Jesus.
Porém
se pensarmos que o evangelho de Marcos possui 16 capítulos, e apenas a partir
do cap. 11 que começa o mistério pascoal. Os últimos capítulos são centrais
para o evangelista.
O
Jesus de Marcos, de um ponto de vista hermenêutico sempre está em movimento
itinerante, não aleatório, mas, rumo a um lugar chamado Jerusalém porque a vida
de Jesus está em função de sua Pascoa. Também, é algo paradigmático que os
discípulos não podem fazer o caminho diferente ao do mestre.
Não
é por acaso que Marcos coloca uma resposta do homem, “És o filho de Deus” (15,39)
a respeito disso Delorme afirma: “quando Jesus morre, podemos finalmente ter a
resposta de um homem, a de um pagão - e
não é uma causalidade! -, a do centurião romano ao pé da cruz “verdadeiramente
este homem era filho de Deus” (15,39). A partir deste momento, nos diz Marcos,
podeis dizer que Jesus é o filho de Deus, porque o haveis visto morrer. (pp.,
22-23).
Portanto,
somente pela cruz Jesus pode ser reconhecido verdadeiramente e a filiação nasce
da perspectiva da vontade do Pai. Quem se opôs a Jesus negou segui-lo até a
cruz e por isso o discípulo é convidado a responder tal como o Mestre.
La
identidad de Jesús en el Evangelio de Marcos
Encontrar la identidad de Jesús en este evangelio
(el más antiguo) puede ayudar para una comprensión cristológica y del porqué
Cristo se reveló para salvarnos. De hecho, muchos temas teológicos van
profundizar la salvación que trae Jesús (soteriológicamente).
Pues bien, en Mc 1,16-20: inicia el camino de Jesús
con los discípulos. Muy diferente a lo que acontecía en Israel donde los discípulos
escogían un maestro, aquí es Jesús el que escoge. Es un maestro atípico. Por otro lado, en Marcos la aproximación a la
figura de Cristo es más como profeta que como sacerdote o rey.
Durante el seguimiento los discípulos mudan de horizonte,
ahora el horizonte va ser Jesús, que
camina delante de ellos, bueno no todos pudieron vislumbrar el horizonte del
maestro. Del mismo modo, los discípulos tendrán dificultades en descubrir quién
es Jesús desde el principio. Pasan por problemas intelectuales, no entienden
las parábolas (cap. 4). Con todo el otro problema va ser existencial, como
durante la tempestad (cap. 4,35) aquí Marcos asocia el miedo a la fe, se
olvidan o no saben que Jesús está ahí.
En la etapa de la Cruz, 8,22-10,52: la dificultad
continúa siendo la poca madurez de la fe. El ciego de Betsaida, llega y pide un
milagro, más no queda curado en un primer momento. Aquí percibimos que los
discípulos están en la ceguera, y tienen un camino procesual para salir de
ella. En esta etapa Jesús, va enseñar que es preciso negarse a sí mismo y tomar
la cruz que significa colocarse en su lugar. En Mc 8, 26 Pedro llega a
reconocer quién es Jesús, pero después muda su lugar de discípulo.
Si observamos que el evangelio de Marcos posee 16
capítulos, solamente a partir del 11 comienza el misterio pascual, estos
últimos capítulos son centrales para comprender el evangelio.
Evidentemente, el Jesús de Marcos, desde un punto de
vista hermenéutico siempre está en movimiento, itinerante, no aleatorio, pero
rumbo a un lugar llamado Jerusalén porque la vida de Jesús está en función de
una Pascua. Además, es algo paradigmático que los discípulos no puedan hacer un
camino diferente al del maestro.
No
es por nada que Marcos coloca una respuesta del hombre, "Es el hijo de Dios" (15, 39) al respecto J. Delorme afirma: “Cuando
Jesús muere, podemos finalmente tener la respuesta de un hombre, la de un
pagano -y no es una casualidad!-, la del centurión romano al pie de la cruz: "Verdaderamente
este hombre era hijo de Dios" (15, 39). Con ello queda rizado el rizo.
A partir de este momento, nos dice Marcos, podéis decir que Jesús es el hijo de Dios, porque lo habéis visto morir.
(pp., 22-23).
En conclusión, solamente por la cruz Jesús puede ser
reconocido verdaderamente, ya que la filiación nace de la perspectiva de la
voluntad del Padre. Quienes se opusieron a Jesús negaron a seguirle hasta la
cruz y por eso el discípulo es invitado a responder tal como el Maestro. De
hecho, no es posible dar una respuesta sino es en la cruz.
En fin, Cristo crucificado no es un símbolo de
tristeza, es más el momento sublime cuando se revela su identidad filial. “El
crucificado es el Hijo de Dios. Ahí es precisamente donde radica el punto
neurálgico del evangelio de Marcos. Eso es lo que quiere meter en la cabeza de
los cristianos”. (p. 23).
Por: Cristóbal Ávalos, postulante barnabita.
Tradução: Carlos Silva, postulante barnabita.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
DELORME,
Jean. O Evangelho Segundo São Marcos. Navarra: Verbo Divino. 1990.